Abstract

Hasta 1983 en las prisiones de España, tanto en las de mujeres como en las de hombres, las experiencias de actividad físico-deportiva habían sido de carácter aislado y altruista, salvo la experiencia médico-deportiva realizada en el Centro Penitenciario de Detención de Jóvenes de Carabanche. Esto es debido a que el Ministerio de Justicia no contempla la figura del Profesor de Educación Física en los establecimientos penitenciarios, excepto la del Monitor de Educación Física como auxiliar del Maestro de prisión. De la misma manera, no concreta la forma de contratación de dicho monitor, ni la normativa para ofrecer el reconocido “derecho optativo” a la práctica físicodeportiva de los internos. El estudio que sigue es el resultado de un programa de actividades físico-deportivas en una prisión de mujeres, llevado a cabo durante poco más de un año y trata de dilucidar, desde un punto de vista sociológico, los condicionantes de la práctica y los efectos de esta actividad en la vida y el desarrollo personal de las penadas. Al ser un estudio basado en una sola experiencia y realizado con mujeres, sería arriesgado generalizar los resultados a otros centros penitenciarios y sobre todo a los de hombres. Pero el análisis que intento hacer respecto a la privación de libertad y la actividad física, ofrece elementos que permiten cuestionar algunos aprioris sobre los efectos de la actividad física en la población interna y su participación en esta práctica.